NOTIGYM: Actividad físico-deportiva en niñ@s

Están en pleno crecimiento, pero su cuerpo y su respuesta fisiológica a las cargas no es igual que la nuestra. En este artículo te damos las claves para que tus niños estén en forma, más fuertes y con buena salud.

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Es necesario recordar que un niño no es un adulto en miniatura. Ni a nivel psicológico, algo mucho más intuitivo de conocer; ni a nivel fisiológico, algo mucho menos intuitivo, pero que numerosas investigaciones científicas han constatado.

 

Los niños, a medida que van creciendo, van adquiriendo una serie de capacidades que van haciendo que éste madure poco a poco tanto a nivel nervioso como físico. Esta maduración está afectada por diferentes factores: aquellos intrínsecos, como los de carácter genético y los extrínsecos, que hacen referencia a aquellos que rodean al niño y que vienen determinados por su entorno como una alimentación adecuada o la presencia de actividad física en sus hábitos. La relación entre desarrollo físico y neurológico es patente y todos los expertos coinciden: los niños tienen que moverse para madurar y la actividad física a través del juego es una forma ideal de conseguir nuestro objetivo. 

 

La Organización Mundial de la Salud o la Sociedad Americana de Medicina Deportiva recomiendan la práctica de ejercicio físico en niños y adolescentes (de 5 a 17 años) por los numerosos beneficios físicos que tienen en ellos a corto y largo plazo. El ejercicio físico mejora la capacidad cardiorrespiratoria de niños y adolescentes, favorece el crecimiento óseo, mejora los niveles de hormonas relacionadas con el metabolismo, ayuda a mantener una composición corporal adecuada y mejora el autoestima y disminuye los niveles de depresión.

 

Una vez que hemos llegado hsta aquí, surge la gran duda: ¿y que tipo de ejercicio es bueno para los niños?, ¿todos los niños pueden hacer todo tipo de ejercicio?. Y, cómo siempre que se hace esta pregunta, la respuesta también se repite. No todo vale. Cada edad implica unas necesidades específicas, las cuales se deben ir cumpliendo para lograr una adecuada adaptación y crecimiento físico y muscular.

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Papá… ¿por qué?

Los niños siempre preguntan pero en el entrenamiento te surgiran a ti más dudas que a él, seguro. Aquí tienes algunas que probablemente se te planteen si quieres que tu niño se ponga en forma.

 

1. «A ver si se va a hacer daño…»

 

 Aunque cada edad vaya a desarrollar las actividades de forma diferente y centrándose en una serie de aspectos a desarrollar, las guías generales de práctica deportiva en niños nos señalan tres tipos de actividades que todos los niños deberían realizar de forma habitual entre las edades de 5 a 17 años por sus beneficios, a corto y a largo plazo, tanto en su salud como en aspectos estructurales:

 

  • Actividades aeróbicas: son aquellas en las que se producen movimientos de los mayores grupos musculares de forma constante durante un largo periodo de tiempo. En ellas se engloban correr, saltar, natación, bailar o montar en bici. Estas actividades, sobre todo, ayudan a mejorar la capacidad cardiorrespiratoria. Los niños más pequeños, normalmente, hacen actividades muy intensas y de corta duración, y las repiten muchas veces. En este caso, también se consideran actividades aeróbicas.
  • Fuerza muscular: el desarrollo de la fuerza está orientado al trabajo de la misma con actividades cotidianas o juegos donde se carga el propio peso del niño, lo cual permite un desarrollo muscular suficiente. No deben ser estructuradas, sino que se debe buscar una realización espontánea utilizando por ejemplo columpios u otros elementos lúdicos. Es mejor no utilizar pesas en edades tempranas y sustituirlas por trabajo con gomas. Las actividades que implican la trepa, colgarse en otros elementos del parque, hacer volteretas… son ejercicio que trabajan la fuerza.
  • Actividades de fortalecimiento óseo: es importante que los niños hagan actividades que favorezcan el crecimiento de unos huesos fuertes y sanos, ya que esto tendrá mucha importancia en la edad adulta. Para ello, las mejores actividades son aquellas que soportan el peso del cuerpo como correr, saltar, caminar u otros deportes como fútbol, baloncesto o tenis, consiguen que los niños crezcan con huesos sanos y fuertes.

¿Qué tengo que hacer en cada edad?

La edad en las primeras fases define las capacidades del niño. Luego, en las edades pre-adolescentes, el sexo también afectará a la maduración, ya que las niñas se desarrollan antes que los niños. Nunca hay que olvidarse que las actividades deben presentarse como juego y deben buscar que el niño se divierta y se lo pase bien. Por lo tanto, podemos distinguir diferentes etapas:

 

  • Niños menores de 5 años: No es recomendable realizar un deporte como tal todavía. Correr, andar, caminar… son actividades sencillas debido a su parecido con actividades habituales que no les costará realizar.
  • De 6 a 10 años: Es importante trabajar la atención y actividades más complejas relacionadas con el desarrollo del sistema nervioso. Juegos o actividades que impliquen la velocidad de reacción, como los juegos de relevos y el análisis espacial con juegos como el pilla-pilla o juegos de equipo.
  • De 11 a 12 chicas y de 10 a 13 chicos: Ya se inician en el desarrollo motor y el trabajo de las capacidades físicas básicas (capacidad aeróbica, fuerza, velocidad y flexibilidad). En estas edades se busca un aumento del control sobre la actividad, buscando mayor exigencia técnica.
  • Pubertad: Los cambios morfológicos propios de esta etapa requieren de una readaptación de los recursos motores. Crecimientos de hasta 10 cm, provocan una pérdida de las capacidades coordinativas. Es necesario reajustar los patrones coordinativos con ejercicios menos complicados que los anteriores a esta etapa.
  • Adolescencia en adelante: Esta etapa sigue siendo óptima para el desarrollo de los recursos motores ya que se deben de estabilizar los patrones motores que se han reajustado. A partir de esta etapa es importante seguir trabajando a nivel coordinativo sin restricción.

 

¿Y cómo lo introduzco en el deporte?

 

Motivando. Es la única forma de que los niños realicen ejercicio físico contentos y convencidos. En el momento que un niño pierde la motivación por algo, para él ya no tiene interés y no hay ninguna causa que le empuje a seguir haciéndolo.

 

La mejor forma de motivar a un niño es mostrarle todo como un juego y haciendo que el niño vea que papá y mamá también hacen deporte y está en sus rutinas. También es importante haber creado un hábito desde las primeras edades del niño.

 

Los adolescentes necesitan motivos para estar motivados. Explicarles los beneficios a corto y largo plazo y que ellos mismos conozcan por qué es bueno y necesario les da una razón de peso para seguir haciendo deporte o empezar a realizarlo.

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  • ¿Es peligroso que haga musculación mi niño?

 

Lo peligroso es cualquier actividad sin control y sin las suficientes explicaciones. A un niño no le vamos a poner a hacer pesas de repente, ni tiene sentido, pero poco a poco, tras sesiones de ejercicios de autocarga y con una buena adaptación el trabajo de fuerza o musculación no es peligroso, sino al contrario ya que tiene innumerables efectos positivos.

 

 

Línea de salida

Los niños deben realizar actividad física durante toda la infancia y la adolescencia, como marcan las principales instituciones internacionales de la salud. Es importante presentarla como un juego y, a ser posible, respetar la creatividad de los niños en el mismo, ya que para ellos es una forma de aprender y desarrollar la inteligencia.

 

«El deporte en el niño no ha de ser un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir un mayor y mejor desarrollo cognitivo, físico, relacional y emotivo.» 

 

Hasta los 10 años es muy importante que la actividad realizada sea global y que implique tanto los miembros superiores como los inferiores. Esto se debe a que si el niño no se ejercita de forma global se puede afectar su crecimiento. Incluso en el desarrollo de la lateralidad, ya que, si es posible, se debe poner hincapié en que los niños intenten hacer los ejercicios tanto con el lado derecho como con el izquierdo y no solamente con el lado fuerte. Por supuesto, hasta más adelante, no se debe buscar rendimiento.

 

El ejercicio físico debe relacionarse con sensaciones positivas si queremos que los niños lo realicen de forma placentera y voluntaria durante su edad adulta. Más adelante, en la pubertad, la propia evolución del niño le permitirá comenzar a buscar el rendimiento, si quisiese, y entrenar de forma más estructurada.

 

Sin embargo no podemos olvidarnos de señalar los riesgos. Es importante que, cuando realicen actividades dirigidas, se señalen las posturas apropiadas ya que errores posturales repetidos pueden tener importantes efectos negativos en el crecimiento. También hay que cuidar el peso cuando los niños trabajen fuerza, ya que, por el mismo motivo, el exceso de peso puede ser contraproducente.

 

  • Línea de meta

 

Una investigación realizada por la Universidad Politécnica de Madrid dice que el 19% de los niños en España tienen obesidad y que el 26% tiene sobrepeso. Ambas cifras suman un 45%. Es decir 1 de cada 2 niños tienen obesidad o sobrepeso.

 

¿Qué parte de la culpa tenemos los padres? Es probable que mucha, pero tampoco estamos aquí para dar sermones, sino para buscar soluciones, y qué mejor manera de ir cambiando el mundo desde nuestra propia casa que con el deporte.

 

Padres generosos. No se puede ser más generoso con los hijos que inculcándoles la cultura deportiva y los hábitos saludables. Esto será algo que, si se hace bien, no sólo estaremos cumpliendo con nuestras responsabilidades de padres, sino que también les estaremos regalando algo a los hijos que conservarán el resto de sus vidas, y una vida sana, no tiene precio.

 

Conseguir que la práctica deportiva se haga con frecuencia y se disfrute de ella, les convertirá en personas más sanas, más felices, más sociales y más equilibradas.

FUENTE: Sportlife.es

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