Insisten en las noticias en el problema creciente de obesidad infantil y lo achacan, sobre todo, al tiempo que los niños pasan jugando a videojuegos, que contribuyen enormemente a la falta de actividad física.
Creo que hay que hacer además otra reflexión. Mi hijo, que está en Primaria como miles de niños en Madrid, sale del colegio a las cinco de la tarde. Después de llegar a casa, cada día tiene que dedicar unas dos horas a hacer deberes. Si además tiene que merendar, leer, cenar… y no irse a dormir demasiado tarde, ¿qué espacio queda en su horario para jugar con otros niños en la calle o para el ejercicio físico?
La mayoría de los niños que conozco no juegan a videojuegos los días que tienen colegio. Tal vez habría que dejar de demonizarlos y empezar a pensar en unos horarios y unos deberes más racionales si queremos unos niños más sanos.— Isabel Durán.
FUENTE: http://elpais.com/elpais/2015/05/19/opinion/1432057130_204824.html